viernes, 28 de febrero de 2014

DÍA DEDICADO A NUESTROS EXALUMNOS.

Hoy, en el día que dedicamos a nuestros exalumnos contamos con una entrevista que una de ellas nos ha concedido. Una exalumna que el año pasado fue su último año como alumna por eso le hemos elegido a ella para que nos cuente cómo ha sido el irse del colegio. Empezamos:

1. ¿A qué años entraste en el colegio? 

Tuve suerte y pude entrar a los 5 años.

2. Ahora en tus años fuera del colegio, ¿cómo ves a Madre Carmen en tu vida? 

Solo llevo un año fuera y se echa de menos poder tenerla tan cerca como antes, pero siendo concepcionista siempre se llevan esos valores que ella nos enseñó y que día a día los aplicas en tu vida.

3. Dime algún momento que recuerdes especialmente del colegio. 

Sobre todo la Niña María, es algo muy nuestro y que se echa mucho de menos, sobre todo la emoción de cuando eras pequeño, y no tan pequeño, por que llegara esa semana y sobre todo en los últimos años que lo vivías con más intensidad.

4. ¿Algún profesor, religiosa... que te haya marcado?

Siempre hay personas que a lo largo del camino te marcan, y yo por suerte me he encontrado con más de una, personas que me han ayudado a ser quien soy hoy, a saber tomar las decisiones correctas y sobre todo a no rendirme a luchar por mis sueños por muy difícil que fuera lograrlo. La verdad es que aunque probablemente ni ellas sepan lo importantes que han sido para mi y siempre les estaré agradecida.

5. ¿Qué enseñanzas te has llevado de tu paso por el colegio?

Yo creo que más que enseñanzas me he llevado unos valores en los que se basa mi vida, una forma de vivir, la frase que mejor los refleja: "Adelante,siempre adelante. Dios proveerá" de Madre Carmen.

6. ¿Sigues viviendo experiencias concepcionistas? Con amigos, compañeros, religiosas...

Si, la verdad es que aunque ya no este en el colegio tengo la suerte de seguir perteneciendo al Movimiento Concepcionista Misionero ,que desde hace un año me incorporé al grupo de exalumnos y sigo viviendo momentos únicos, al igual que con los peques he podido compartir alguna salida.

7. ¿Recuerdas al colegio con cariño? 

Yo creo que ha sido una gran etapa en mi vida, entre siendo una niña que no sabia ni leer ni escribir y salí siendo una mujer con muchos sueños cumplidos y grandes momentos para recordar.

8. En algun momento difícil de tu vida, ¿Te has sentido apoyada por la gente del colegio?

Por suerte he tenido pocos momentos difíciles pero si que es verdad que la gente se volcó mucho y ese cariño especial se nota y me ayudó a que fuera mejor.

Irene Piñuela.
Exalumna.

Bueno pues esta es la entrevista, ya solo me queda dar las gracias a Irene por hacerla y desearle lo mejor. Tambien esperamos volver a contar con ella en alguna otra ocasión.

Aprovechamos esta entrada para recordar que muy pronto contaremos con la entrevista a Madre Concepción Maté, directora de Burgos, una entrevista que promete.

¡NO OS LA PERDÁIS!

domingo, 2 de febrero de 2014

DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA.

Hoy, para esta entrada del Día de la Vida Consagrada quiero que leais un testimonio de una religiosa Concepcionista que encontré en una página vocacional.

○Testimonio:
Para hablar de mi “llamada”, de mi “historia”, quiero apoyarme en las Palabras de Jesús: “Dad gratis lo que habéis recibido gratis” (Mt. 10, 8) y compartir con vosotros un poquito de mi vida y mi felicidad.
Mi nombre es Mª Jesús  y soy religiosa concepcionista. Pero hasta llegar a lo que soy ahora he recorrido un camino en el que la Mano Providente del Padre ha ido actuando.
Mi infancia, sencilla y feliz, aprendió de mi madre el valor de la fe, la bondad, el sacrificio, la entrega,  el saber escuchar... ; de mi padre, la honradez, el cumplimiento del deber, el trabajo bien hecho, la responsabilidad.... Así se fue “abonando” un terreno, ya preparado por Dios (“Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía y antes que nacieses, te tenía consagrado”. Jr. 1,5).  Y EL siguió actuando en mi vida. Conocí a las religiosas concepcionistas cuando empecé a ir a su colegio. Mi adolescencia está marcada por ese encuentro, primero en Segovia y después en Madrid, porque, por razones de trabajo de mi padre, salimos de nuestra tierra, dejamos amigos y seguridades, para comenzar una nueva etapa.
Poco a poco, mi vida, sensible a las necesidades de los demás, empieza a abrirse a ellas y con mis trece o catorce años comencé a dar catequesis a niños de la parroquia a la que pertenecía el colegio de MM. Concepcionistas de la calle Princesa; a interesarme por las misiones, a pertenecer al Movimiento “Montañeras de Santa María”,  a participar activamente en campañas, a ayudar en el Cottolengo... ¡me sentía feliz dándome a los demás! Pero... al mismo tiempo surgieron muchos interrogantes y sentimientos que no quería aceptar. Pasaba el tiempo y “aquello” crecía en mi y... ¡yo no quería! Me convencía a mí  misma diciéndome que con un cierto compromiso cristiano de oración y Eucaristía diaria y darme a los demás, ya era suficiente y a Dios también le tenía que valer.
Además yo tenía mis amigos y mis planes: hacer Medicina y formar una familia cristiana. Y era bueno. Sin embargo mi felicidad estaba en otro camino y mi Señor Jesús (como me gusta llamarle) supo atraerme y enamorarme (“Me has seducido, Señor, y me dejé seducir”. Jr. 20, 7).  Me llevó hasta EL,  me habló al corazón y... ¡yo me rendí! El día que derribé el muro para que Dios tomara mi vida, me sentí con tanta paz, tanta alegría, que es difícil de expresar. Sabía que con EL todas las dificultades que se presentaran podríamos salvarlas.  Se inició una etapa dura. Lo pasé mal, pero puse mi confianza en Dios y no me defraudó. Acompañó mi vida y eligió a una concepcionista para que también  cuidara y acompañara mi vocación.
Por fin, el Señor hizo posible que se empezaran a realizar los “sueños” que EL tenía para mi y que ya eran los míos también. Le entregué  mis jóvenes diecisiete años, mis ilusiones y proyectos, mi vida y mi amor... Quería ser toda de EL y hacer su voluntad.
Desde mi primera profesión religiosa han pasado treinta y cinco años y cada día de mi vida continúa siendo importante y especial porque el Señor está presente, sigo sintiéndome elegida y amada, me siento llamada y enviada a una misión.
Sigo caminando pisando unas huellas que Carmen Sallés dejó, fiándome de Dios, viviendo gozosa la vocación concepcionista, entregándome a niños y jóvenes en su educación y evangelización, llenándoles de valores humanos y evangélicos  para que no “caigan”, en definitiva, y como nuestra Fundadora quería, intento anticiparme al mal con el bien (es la educación preventiva que ella tanto promovió, inspirada en el dogma de la Inmaculada Concepción); deseo descubrir a Cristo en el corazón de esos niños y jóvenes que, año tras año,
Dios pone en mi vida. Cada día deseo y procuro pasar por la vida haciendo el bien, como Jesús pasó.
Y siempre alentando mi caminar, María, la Llena de Gracia. Es Madre y Modelo de respuesta para mí. Su “SÍ” a Dios en todos los  momentos de su vida, ha dejado una huella profunda en la mía.  Su “¡HÁGASE!” ha fortalecido el mío, especialmente, para dar respuesta a lo que se me encomienda a través de la Congregación. Ella también es Modelo para mí en la misión y entrega, en el servicio a los demás.
Así, ¡soy feliz!
Soy feliz porque la Palabra de Dios llega hasta mí cada día y es Palabra de Vida, porque EL se me da haciéndose Alimento de Amor en la Eucaristía, porque todos los días nos encontramos  en el silencio, la oración, la misión.
Soy feliz porque EL me concede el don de la comunidad, hermanas que me ayudan a seguir adelante, siempre adelante.
Soy feliz porque me ayuda en los momentos de dolor y de gozo, con la fe y esperanza, concediéndome fortaleza y serenidad para vivirlos.
Soy feliz porque una Madre, María Inmaculada, me invita cada día a abrir mi vida a la Gracia, a buscar y cumplir la voluntad de Dios. Me lleva hasta su Hijo y me dice:”Haz lo que Él te diga”.
Con todo, soy consciente de mis limitaciones, de mi fragilidad y pobreza.  Por eso quiero abandonarme en sus Manos de Padre, dejarme llenar por el Amor de Cristo, su Hijo y dejarme guiar por su Espíritu, para que, como M. Carmen, pueda dejar VIDA en la vida.

¡DOY GRACIAS A DIOS PORQUE EL ES QUIEN ME HACE FELIZ!

Este es el enlace de la página para quien esté interesado en mirar más testimonios:

http://www.buscoalgomas.com/congregacion/17/concepcionistas-misioneras-de-la-ensenanza/testimonio