El primer día llegamos a Barcelona alrededor de las 7 de la tarde, dejamos las maletas en el colegio y nos fuimos a hacer vibrar la ciudad con la alegría y entusiasmo que nos caracteriza.
Al poner un pie en la calle, comenzaba nuestra gran experiencia Concepcionista, una experiencia que venía cargada de buenos momentos y nuevas amistades.
Sobre las nueve de la noche llegamos a la Plaza Cataluña donde cenamos todos juntos y tuvimos nuestra primera oportunidad de ver una pequeña parte de Barcelona, la primera de las muchas que nos quedaban.
A las diez, emprendimos el camino de vuelta al colegio (largo, por cierto) pero el cansancio casi no existía para nosotros cuando pensábamos que nos quedaban otros tres maravillosos días de encuentro por delante.
Al llegar al colegio, tuvimos un rato de juego en el patio para conocer gente, hablar, jugar al baloncesto etc. después de ese rato tocaba irse al saco para descansar para el largo día siguiente.
Plaza Cataluña.
Y casi sin darnos cuenta llegó el segundo día, en el que por la mañana visitamos Vic, su Catedral, su ayuntamiento, sus calles... En la Catedral de Vic, tuvimos una celebración de la fe donde no faltó de nada, hubo cantos, oraciones... después, fuimos directos a la "Casa de la ciutat" donde hay retratos de los personajes ilustres del municipio, entre ellos, nuestra debilidad, Santa Carmen Sallés; la primera mujer en tener su retrato en esa sala.
Plaza Mayor de Vic.
Catedral de la Sagrada Familia.
Puerta del Nacimiento.
La mañana del tercer día transcurrió en el Santuario de Montserrat, donde fuimos pasando por todos los misterios del Rosario hasta llegar a la "Santa Cova", lugar donde según la leyenda se encontró la imagen de la Virgen, al volver al Santuario, nos unimos al canto del Virolai, el himno a la Virgen de Montserrat y después subimos a verla a su camarín.
Por la tarde, todavía en Montserrat, visitamos el monolito que allí hay dedicado a Madre Carmen donde todos juntos cantamos una de nuestras canciones favoritas: "Siguió los pasos de Cristo".
Santuario de Montserrat.
Monolito de Montserrat a Madre Carmen.
Por la noche, fuimos a ver el espectáculo de las Fuentes de Montjuïc.
El último día tuvimos la Eucaristía y al terminar esta tocaban las despedidas pero NUNCA es un adiós sino un hasta luego porque allá donde vayamos, los Concepcionistas siempre llevamos a nuestros compañeros en el corazón porque SOMOS FAMILIA.
Aprovecho la entrada para agradecer a todos los que han colaborado en que este encuentro haya sido posible, les agradezco su participación.
Espero que os haya gustado este pequeño resumen.
¡VIVA LA FAMILIA CONCEPCIONISTA!
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